Vivimos en una época de libertad, diferenciación, creatividad y simplicidad
¿seguro?
Para los que no me conozcáis, soy Haizea de Pedro, copywriter profesional. Soy nómada digital por elección propia. Me gusta ganarme el pan – o en mi caso la baguette – poniéndome en la piel de mis clientes y redactando textos que funcionan.
La idea de no tener jefes es un sueño hecho realidad y poder elegir mis propios horarios es todo un privilegio.
Lo cierto es que ser nómada digital (o freelance, trabajador por cuenta propia, autónomo… y todos los primos hermanos), tiene una cara B de la que nadie está hablando.
Libertad entre comillas
Gran parte de mi trabajo está en las redes sociales, y sí, sigue siendo un trabajo. A diferencia de lo que piensa la gran mayoría, NO ES NADA FÁCIL complacer a un público cansado porque ya ha visto de todo.
Sé que NO soy mi número de seguidores, NO soy mi número de likes y aun así soy esclava de esas cifras. Probablemente tú también lo seas o lo hayas sido en alguna etapa de tu proyecto online.
Soy esclava de unos números ¡Ridículo! pero a la vez es muy cierto. Miro las estadísticas y me doy cuenta de que no he cumplido lo que un día fueron las proyecciones futuras. Unas proyecciones futuras que una aplicación de estadísticas ha establecido en mi nombre.
¿Quién pone las proyecciones futuras? ¿los objetivos? ¿Una herramienta externa o yo?
Nunca he soñado con despertarme con 10.000 seguidores nuevos. Ese no es mi sueño ni es el objetivo de mi negocio online. Que por cierto, con menos de 10.000 seguidores funciona. Pero aun así, es inevitable sentirme fracasada si una herramienta me dice que mi ritmo de crecimiento es más bajo de lo esperado.
Lo siento, pero no te había preguntado. Gracias.
Quizás no seamos tan libres.
Diferenciación entre comillas
A veces tengo la sensación de estar frente a un lago de cristal, admirando la belleza del reflejo y con la incapacidad de ver lo que esconde en sus entrañas.
Una vez por semana AT LEAST leo a algún gurú o profesional diciendo “sé diferente” “sé creativo” “desmárcarte”…
Estamos obligados a ser radicalmente diferentes los unos de los otros, pero el hecho de que todos tengamos que ser peculiares, hace que en cierto modo todos seamos iguales.
Que todos deseemos ser diferentes implica que todos deseamos lo mismo. A ver si me explico: esa voluntad de ser tan diferentes prosigue lo igual.
Quizás no seamos tan diferentes.
Creatividad entre comillas
Ese deseo de diferenciación nos hace exprimir hasta la piel de la naranja cuando ya no queda zumo.
Hemos manoseado tanto la palabra creatividad que está perdiendo su encanto.
Además, en nombre de la creatividad hemos sacrificado la comprensión, y por ahí no paso.
Os voy a poner un ejemplo muy sencillito: buscando por las calles de internet mi próxima libreta-agenda, encontré esta descripción en una ficha de producto:
Anotador de sueños, vivencias, aventuras y experiencias muy personales que te cambian la vida.
¿Perdón? ¿que vendes qué?
Ah, un DIARIO DE VIAJES. Gracias a dios que había una foto y pude ver que era un diario, un cuaderno… nada raro.
Si vendes un cuaderno de viajes, di que vendes un cuaderno de viajes. No hay más.
¿Queriendo ser diferentes hacemos difícil lo fácil? Ahí lo dejo.
Quizás no seamos tan creativos.
Y para ir acabando, pasamos al último punto, la simplicidad. Bueno…
Simplicidad entre comillas
En internet, como en la vida real, encontramos grandes dosis de contradicciones e incluso hipocresía.
En instagram encontramos palabras o frases del estilo “simplicity”, “menos es más”… y como guiño a la temática forman parte de un feed más trabajado que el David de Miguel Ángel.
¡Ojo! Que soy muy fan de estos diseños, pero me parecía buen momento para remarcar lo irónico del asunto.
¿Qué quiero decir con todo esto?
Que quizás no seamos tan libres, tan diferentes, tan creativos y tan simples como creíamos. O quizás sí.
Rebaño digital
Mientras tengamos los pies en la tierra y seamos conscientes de lo que hay, seremos libres. Si seguimos al rebaño digital, lo único que conseguiremos será ser víctimas de un sinfín de tips que nunca darán sus frutos, pero sí ansiedad.
Hay que experimentar todos estos errores para comprenderlos y pasar página. No hay que dejar que los demás nos hagan perder el foco. Creamos nuestro proyecto con un propósito ¿o no? Que ningún #instatip ni ningún gurú vende humos cambie esa realidad. Tu realidad.
Y por último, quiero poner en relieve el último peligro de ser nómada digital: cuando tenemos un trabajo que nos apasiona trabajamos el doble.
“Trabaja en algo que te gusta y no trabajarás ningún día de tu vida” jajajajajaja no sé quién diría eso, pero claramente no trabajaba en aquello que le gustaba porque no tenía ni fruta idea de lo que estaba diciendo.
Al trabajar en algo que te apasiona, trabajas el doble, estás a tu 200%.
El caso es que una persona no puede estar al 200% cada semana de cada mes. Empieza a convertirse en un círculo vicioso.
Acabamos auto-explotándonos para conseguir un sentimiento de realización que nunca llega. Y es justo en ese momento cuando tu proyecto pasa de la pasión a la perdición. En lugar de beneficiarte, te perjudica. Perdón, TE PERJUDICAS.
Tenemos que navegar contra viento y marea y no perder de vista el timón. Pero de vez en cuando hay que bajarse al camarote y hacer un maratón de Netflix.
[…] y no. En este otro artículo, rebaño digital, os cuento qué opino sobre la creatividad en el mundo online. Ser una persona creativa significa […]