Hoy os quiero presentar una pequeña empresa con un corazón que no le cabe en sus entrañas. Una pequeña marca que se ha cultivado con abono, amor y cariño. Rodeada de naturaleza, paz, armonía…
Os hablo de LA HUERTA DE RIZOS, joven empresa riojana que se dedica al cultivo de verduras enteramente ecológicas.
En un mundo en el que los ritmos de vida cada vez son más altos, las cadenas de comida rápida crecen como la espuma y las nuevas generaciones ignoran de donde vienen los tomates que comen… ellos crean algo tan auténtico y natural como lo que podéis ver en su página web.
Me conocéis bien y soy una joven que se vuelve loca de felicidad cuando descubre una nueva marca con personalidad, valores y pasión. Y efectivamente, ellos consiguieron hacerme flipar una vez más.
Son parte de esta nueva generación de emprendedores con valores; admiran y valoran lo bueno, lo supremo, lo natural. Y trabajan para dárselo a todos sus clientes. Además, lo hacen con la mejor de sus sonrisas día tras día.
Tanto tasty en Facebook… deberíamos volver a poner de moda el slow food. Apreciar la comida de nuestras madres y abuelas, y aprender a ser iguales o mejores. Buscando siempre la calidad en los productos. Y dejar a un lado la aplicación de Just Eat, que para el fin de semana está bien. Pero para algo tan importante como nuestra alimentación pues…
Ana y David, los fundadores, no se contentaron con crear verduras bio, además nos abren la puerta de su huerta, de su casa. Y personalmente, no me extraña. Cuando estás satisfecho y orgulloso con tu trabajo, cuando tienes una misión tan pura y buscas el bien común, no quieres esconderlo, quieres compartirlo.
Por ello, nos proponen ponernos en contacto con la naturaleza, cosa que nos viene bien a todos, sin excepción. Nos enseñan sus procesos, su trabajo, el día a día… y por si fuera poco, se adaptan incluso a grupos de diversas edades.
Seguro que los que estáis detrás de las pantallas flipáis tanto como yo lo hice.
En cuanto las redes y sus conexiones me ayudaron a encontrarles… en cuanto leí su página web, me los imaginé rodeados de tierra, verduras, semillas, herramientas, aire puro.. Cantándoles a las platas. Eso ya no sé si lo harán o no, pero no me extrañaría nada. Es lo que transmiten. Lo qué no sé es qué tipo de canciones cantarán. ¿apuestas?
Otra de las facetas que admiro de ellos es que dan la posibilidad de “apadrinas verduras” a modo de regalo. Yo se lo dejé caer a mi familia, tras ver que solo saben regalar pijamas, colonias y dinero.
Sabéis que actualmente vivo en París, pero lo que no sabéis es que hace muchísimos años me volví adicta a los tomates de la huerta de mi abuelo. Los he buscado en Carrefour, Franprix, Monoprix, Lidl… todas las cadenas de supermercados francesas. Los busqué también en los grandes mercados de Barbés. Y no. No tuve suerte.
Por ello, me he visto obligada a cultivar mis propios tomates cherry. Y una pequeña planta, no más… es lo que tiene vivir en la gran ciudad, un patio interior no da para mucho.
Ojalá se contagie lo que hacen y el día de mañana encuentre gente como vosotros en mi localidad. Porque poder contar con alguien que realmente se preocupa por la alimentación y la vida sana, no tiene precio.
Saben de lo que hablan, ellos trabajas con la naturaleza mano a mano y no con productos o transgénicos que embellecen la imagen quitándole sabor. Confían en los procesos naturales y tienen una coordinación armoniosa con la tierra ¿por qué? Porque trabajan con productos de temporada.
El ser humano es tan artificial que procura maquillar hasta las imágenes de las verduras.
Pues desde aquí presento mi oposición. Me gusta lo auténtico y me gustaría que entre todos le diésemos más importancia a las verduras de calidad. #HagamosQueVuelvan
Si somos lo que comemos… dime tú quién eres…
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