Llevo tiempo estando muy desacuerdo con la educación que hemos recibido, dejadme explicar un poco de qué va esto, dejadme situaros en el contexto… que lo de escribir llega en breves.
El caso es que la educación es una mi_ _ rda como una casa de grande. Y claro, luego es normal que salga gente a la que se le dé mejor destruir que crear.
Nos enseñan a ser perfectos, a tener buenísimas notas, a ser un ejemplo a seguir, a respetar los límites… y si cumplimos todo lo anterior, somos buenos. Jajajajajajajajaja ¡ni mucho menos!
Nadie nos enseña a fallar, a fracasar. Y creo que es una de las cosas más importantes de la vida. Porque estos errores son los que realmente nos enseñan, si tras ellos, no tiramos la toalla. Un error, un fallo, un suspenso, siempre ha significado un castigo. Nunca nos hablaron de segundas oportunidades, de retarnos, de hacerlo mejor, de la importancia de querer hacerlo mejor… y así nos va.
Personalmente, he superado la mayoría de los problemas de mi vida- personal o profesional- escribiendo. Porque al escribir en mi diario, soy más Haizea que nunca, no hay necesidad de aparentar o mentir. Soy la más pura versión de mi misma, porque escribo las ideas que van viniendo a mi mente una a una.
Cuando leo lo que he escrito soy capaz de analizarme y encontrar el problema; saber qué es lo que está fallando.
Cuando escribo, libero una carga emocional que no sería capaz de liberar de otra forma. Es cierto que podría salir a correr y volver mucho más tranquila, pero al meterme en la cama el problema sigue ahí.
Sin embargo, si escribo, ya no le estoy dando vueltas al problema, sino a la solución.
¡Mira si cambia el cuento!
Hace poco me dijeron que no cualquiera vale para escribir, que hay que saber hacerlo y hacerlo bien ¿perdón? Nada más lejos de la realidad. Mi asombro fue más grande que los edificios que vi en Shanghái, y creo que hasta el momento no he visto nada más grande.
Quizá no todos podíamos tener contentos al profesor de lenguaje de turno, que machacaba nuestras creaciones con su bolígrafo rojo. Que si la coherencia, que si la ortografía, que si el nivel de expresividad…. Afuaaaaaaaaaaaaa cállese señor, por favor.
Pero eso no quiere decir que no estemos capacitados para escribir. Solo hace falta controlar un idioma, nada más.
Yo soy más del lado de Oscar Wilde, que afirma que para escribir solo hacen falta dos cosas: tener algo que decir, y decirlo. As simple as that.
Los que lo habéis probado, sabréis que escribir es como el Aloe Vera, tiene propiedades curativas lo mires por donde lo mires. Como llorar.
¿algo va mal? Escribo
¿algo va bien? Escribo.
¿Tengo que tomar una decisión? Escribo.
¿estoy sensible? Escribo.
¿viene a verme la mujer de rojo? Escribo.
¿viajo? Escribo.
Y así es normal que una acabe siendo redactora creativa xD
El caso es que no soy la única. ¿ Por qué creéis que se crearon las redes sociales? Porque la gente siente cosas y necesita escribirlo y compartirlo.
A mí lo de compartir mis sentimientos ya… no me va tanto. Me cuesta.
Escribo para dentro y para fuera.
Escribir es como hablar. Sí, efectivamente. Cuando algo nos ronda por nuestra cabecita, necesitamos contárselo a alguien para sentirnos comprendidos y apoyados. Hay gente hermética que se cierra en banda, a todos ustedes, E S C R I B A N .
Venga vamos al lio… fuera de coñas. Apaga el ordenador o bloquea el móvil. Coge un folio en blanco y un bolígrafo (por favor, que no sea negro, odio los bolis de tinta negra). Y ponte a escribir, no hace falta ni que elijas temas, ni que hagas esquemas, ni nada de nada… simplemente empieza a escribir lo que pase por tu mente…
Empieza por algo que te ha pasado esta mañana, por ejemplo, y verás que cambiaras de idea a idea de forma natural. O cuenta tu mayor trauma. O quizá puedes describir a tu amor platónico, nadie le va a describir nunca como tú.
Lo que quieras, eres libre.
Relax, take it easy. Coge aire. Un folio en blanco al principio aterra. Y muy probablemente al acabar querrás destruirlo, porque no querrás que nadie lea lo que has escrito en él. Da igual. Puedes hacerlo. Quémalo, no quedará ni rastro.
Pero por primera vez en mucho tiempo, habrás sido completamente sincero contigo mismo. Y eso, queridos amigos, eso engancha.
Confío en la magia de la escritura, pero también en su poder. Como bien decía, Edward Bulwer-Lytton, la pluma es más poderosa que la espada.
Os lo he dicho, todos valemos. Todos podemos hacerlo.